Mucho gusto

Una ex aspirante a madre perfecta

Sí, esa soy yo. Bueno, al menos lo intento. No voy a negar que dos por tres me olvido del alivio que ofrece eso de agregarle el “ex” a lo de aspirante a madre perfecta, y me estreso porque las cosas no resultan como-yo-quiero-que-resulten-que-es-la-forma-correcta-en-que-deben-ser y entonces pienso en todo lo horrible que podría suceder a causa de haber dejado esa aspiración.

Lo cierto es que cuando sí me acuerdo de que me declaré “ex”, y actúo en consecuencia, la vida es más relajada, y creo que el ambiente familiar más ameno, y los habitantes del hogar más felices. Es decir, las cosas son mejores, tal vez hasta más cerca del ideal de perfección abandonado. Más cerca, dije. ¡No necesariamente al ladito!

Soy Nanda. Madre, esposa, mujer multifunción.  Académica en retirada, obsesiva en recuperación, chocohólica sin remedio. Resignada a tomar el café tibio.  Ando por la vida despeinada (y no precisamente como gesto de rebeldía).